A la ceremonia del té también se le conoce como Chanoyu, Sado o, simplemente, Ocha. Es un ritual coreográfico de preparación té verde japonés, Matcha, que se sirve junto con los dulces tradicionales para equilibrar el sabor amargo del té. Preparar esta infusión significa poner toda la atención en los movimientos predefinidos.
Durante el evento no sólo se trata de beber té, sino de realzar la estética, de preparar un tazón con amor, con el corazón. El anfitrión de la ceremonia siempre estima a los invitados con cada movimiento y gesto. Incluso la ubicación de los utensilios se toma en cuenta desde el punto de vista de los participantes.
La planta de té:
Fue introducida a Japón en el siglo noveno por un monje budista de nombre Eichū a su regreso de China, país donde había estado en uso general durante siglos. Este religioso sirvió la bebida a un emperador y, poco después, se emitió un decreto imperial para comenzar a cultivar plantaciones en Japón Pasarían otros tres siglos antes de que las ceremonias del té se convirtieran en un ritual espiritual. Inicialmente, el tencha, un tipo de té matcha, se consumía en cultos religiosos en los monasterios budistas.
Historia
La infusión se ha bebido en Japón durante más de 1.000 años, pero fue alrededor del período Edo (1603-1868), cuando la costumbre tomó la forma protocolar tal como se conoce en la actualidad. Los señores feudales, los comerciantes adinerados y los literatos compitieron para realizar las ceremonias más lujosas y sofisticadas.
Mientras que algunos entusiastas preferían vajillas y salones de té, llamativos y muy refinados, la sensibilidad prevaleciente comenzó gradualmente a favorecer una estética sencilla, por la que en gran parte se conoce el arte japonés.
El interés primordial de la ceremonia del té es crear una atmósfera relajada entre el anfitrión y sus invitados.
En principio se basa en la etiqueta de ofrecer el servicio (Temae), pero, también incluye los vínculos íntimos con la arquitectura, jardinería paisajística, utensilios de té únicos, las pinturas, arreglos florales, la cerámica, la caligrafía, el budismo zen y los demás elementos que conviven en relación armónica con la ceremonia.Su objetivo final es lograr una profunda satisfacción espiritual a través de la bebida y la contemplación silenciosa.
En un nivel diferente, la ceremonia del té japonesa es, simplemente, un entretenimiento donde los huéspedes suelen tomar té en una sala agradable y relajante. Los lazos de amistad, entre ambos, se fortalecen durante el ritual donde el propio anfitrión prepara y sirve el té.
