En Japón, el crisantemo es reconocido como la flor nacional debido a que es el símbolo del emblema imperial de Japón. Se encuentra impreso en el pasaporte japonés, en las embajadas de Japón en el extranjero, santuarios shinto, edificios diplomáticos y cualquier otro lugar donde se deba demostrar la autoridad estatal del emperador. El origen de este símbolo se remonta a la época del emperador Go-Toba (1180-1239) siendo él quien escogió la flor como su emblema personal.
Los crisantemos llegaron por primera vez a Japón desde China en el siglo quinto. El cultivo de crisantemos comenzó durante los períodos Nara y Heian (710-1185) ganando popularidad en el período edo (1603-1868). En el período Heian, la flor fue plantada en todo Japón.
Representaba la clase noble y la temporada de otoño. Los japoneses incluso tienen un festival en honor al crisantemo. Cuando se adoptó la flor para el Sello Imperial de Japón, algunos clanes también la cultivaron para indicar su apoyo y buena relación con la familia Imperial. En el país se conocen más de 350 tipos de crisantemos de las 200,000 variedades, que se dice, existen en el mundo.
En la actualidad, cada otoño, se presentan exhibiciones de crisantemos en el santuario Meiji y el Santuario Yasukuni en Tokio. Este último templo reviste una gran importancia nacional, tanta, que adoptó el crisantemo como emblema.
Los crisantemos de calidad culinaria se utilizan para decorar los alimentos, y siguen siendo un motivo común para las artes japonesas tradicionales como la porcelana y el diseño en kimonos.
Día de la flor nacional
El día oficial del crisantemo se conoce como Chōyō cuyo significado es Festival del Crisantemo (Kiku no Sekku) y es uno de los cinco eventos sagrados de Japón. Se celebra más comúnmente el noveno día del noveno mes según el calendario gregoriano en lugar del calendario lunar, es decir, el 9 de septiembre.
Se realiza tanto en los santuarios sintoístas como en los templos budistas. El festival se centra en el deseo de longevidad de la vida y se disfruta bebiendo sake de crisantemo.
Es una flor ornamental llena de simbolismo en muchos países. En Asia representa la longevidad, por eso también es una flor muy utilizada en determinados actos y rituales.
El color amarillo, color de los crisantemos, simboliza la luz del sol, el calor, y, además, representa la alegría, la felicidad, la inteligencia y la energía.