El anime es una de las facetas culturales modernas más importantes de Japón. “Anime” proviene de la palabra “Animation” y dentro de Japón se utiliza para referirse a cualquier tipo de animación, mientras que en occidente se refiere, únicamente, al contenido producido en la tierra del sol naciente.
Actualmente existe infinidad de títulos de anime dirigidos a todo tipo de audiencias, siendo uno de los productos de exportación más importantes para la economía de Japón. El anime tiene la característica de tener tramas más reales, llenas de emociones, drama y, en algunos casos, exageración de las acciones realizadas por los personajes. El anime común tiende a presentar sus personajes con ojos grandes y ovalados, cortes de cabello extravagantes y cuerpos muy humanizados.
No debe tomarse como animación infantil, por el contrario, la mayoría de los títulos van dirigidos a una audiencia madura. Hay compañías de anime que han logrado crear contenido para satisfacer a ambas audiencias, tal como Studio Ghibli, una de las empresas más poderosas en el mundo de la animación.
Historia
La historia del anime se remonta a 1907 cuando muchos artistas japoneses se vieron influenciados por la animación occidental y decidieron crear el contenido nacional de Japón. Para aquella época era muy difícil porque los materiales eran costosos y el país venía de sufrir varias crisis económicas debido a desastres naturales y, posteriormente, la guerra.
En la década de los 40, Japón estrenó la primera película animada, auspiciada por el mismo gobierno. Cuando terminó la guerra, a través de los años, se fue difundiendo el manga (cómics japoneses) a la población, como una distracción a la realidad que afrontaba la nación después de la guerra.
Finalmente, en la década de los 60, Osamu Tezuka crea el primer anime moderno llamado “Astro boy”, y de ahí en adelante, muchos escritores y productores siguieron su ejemplo y para la época de los 80 ya Japón tenía muchos títulos de anime para exportar y, poco a poco, toda la influencia del anime se extendió por todo el mundo, hasta nuestros días, donde animes como “Pokemon” o “Neon Genesis Evangelion” forman parte del imaginario de una gran mayoría de la población mundial.
Alrededor del mundo se celebran convenciones de aficionados al anime en espacios donde se comparten experiencias, se venden figuras, dvds, cartas, objetos coleccionables y cualquier material relacionado con este género de la animación.
En Tokio hay lugares especializados en la cultura del anime, tales como Akihabara e Ikebukuro. El anime tiene un importante impacto sociocultural en la población de Japón y la comunidad internacional.